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Esta tía jamás le ha confesado a su amiga que es una zorrita ninfómana y debido a ello no ha encontrado motivo para preocuparse por dejarla en solitario con su novio mientras que echa una siesta. Gran fallo, pues la pedazo de zorra cuando la amiga se queda sobada, le afirma que guarde silencio, que precisa polla y es el único aspirante para metérsela bien fuertemente. El novio, a la vista de lo puta que es la ninfómana, se deja llevar y le mete un polvazo que la deja destrozada. Eso sí, lo más seguro es que no sea la última vez que follan juntos a la vista de lo complacida que queda la zorra.