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A esta zorrita le agrada acabar sus sesiones de adquiere de ropa en tiendas de tendencia comiendo polla. Es la manera de darle las gracias a su novio que haya sido tan paciente al acompañarla a hacer las compras y que le haya dicho sinceramente si le agrada o bien no de qué forma le quedan las cosas. La guarra le mete en el cambiador, se arrodilla delante de él y empieza a tragar con unas ganas de comer que no son ni medio normales. La tía se la mete bien hasta el fondo y la absorbe fuertemente hasta el momento en que degusta su cremita.