La muchacha entra a la habitación de su madre, se acuesta en la cómoda cama donde su mamá duerme todas y cada una de las noches y empieza a meterse los dedos en su conchita explorando su sexualidad. Lo que no se había dado cuenta la joven era que su madre todavía estaba en casa, con lo que cuando está en la mitad de la faena en su concha, es descubierta por su madre. En lugar de reñirla o bien incomodarse con ella, la mamá de la joven se le monto encima y le pregunto a su hija -¿deseas tener clímax múltiples?- La muchacha había oído ya antes de eso y jamás en su vida había tenido un clímax, con lo que le afirmó a su madre –Si mamá, enséñame- De manera lenta la vieja incestuosa empezó a meterle los dedos en la angosta concha de su hija hasta hacerla terminar en más de una ocasión.
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