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Estas tías no son exactamente esclavas sexuales, mas les pagan un buen dinero por quedarse tumbadas en los gloryhole que están encerradas y dejar que un montón de hombres las follen por turnos sin parar. Ciertas tienen ganas de ir al baño, mas en su contrato se señala que no se pueden desplazar de donde están, conque lo que deben hacer es orinarse mientras que las están follando. A una de ellas la ayuda una amiga, que le saca todo cuanto tenía dentro e inclusive le echa una mano a fin de que haga squirt. Al tiempo un montón de tíos van pasando orificio por orificio a continuar follándoselas.