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Si bien a esta zorra no le agrada nada joder con su marido, es una esposa sumisa que se deja hacer de todo por él, y de esta manera no lo ha de oír. La puta no desea joder, mas se pone en situación de perro en cama y deja que este tío se la folle realmente fuerte, recibe unas embestidas tremendas y la guarra ni se altera. Mas su marido es un caliente muy salido que jamás se fatiga de echar un buen polvo, de ahí que asimismo la coge por banda en el sofá y vuelve a darle realmente fuerte en exactamente la misma postura. La guarra está agotada de que todos y cada uno de los días sean iguales, mas siempre y en toda circunstancia pone su coño, a predisposición de su marido.