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Este chaval entra en la caravana de su padrastro y le coge haciéndose una paja, un instante en el que el viejo considera que mejor que proseguirse haciéndose el pajote preferiría meter en caliente. Con lo que el hombre, que se folla a la madre del chaval todas y cada una de las noches, considera que en tiempos de guerra cualquier orificio es buena trinchera y le pone a 4 patas contra la pared para clavársela en el trasero. El hijastro es muy joven y no se protesta, conque el tío puede proseguirse clavándosela hasta el momento en que cuando le queda poco le fuerza a que le haga una felación.