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Alguna puta china reconoce que se dedica a esta profesión no solo por ganar un montón de dinero, sino más bien por el hecho de que realmente le agrada joder. De esta manera de claro. El inconveniente es que no siempre y en toda circunstancia les toca hacerlo con clientes del servicio que tengan habilidad para el sexo, sino les vienen ciertos torpes que no saben ni meterles la polla en el orificio de su coño. Es lo que le pasa a esta zorrita, que se desespera procurando que la penetre más fuerte cuando el tío no logra sostener el ritmo ni a la de 3. Y encima se corre veloz el cabrón.