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Cuando estas masajistas asiáticas asisten a la casa de un cliente del servicio que las ha llamado no se aguardan localizar la enorme polla negra del tío empalmada bajo la sábana. Mas las tías le relajan tanto que es una cosa que ocurre de forma ineludible. Y si bien la primera cosa que hacen es reírse por verla tan empalmada, no tardan en ir a chupársela y en abrirse los coños a fin de que se las folle si les asegura que eso va a quedar entre ellos y que sus jefes jamás lo van a saber. El tío por la ocasión de penetrarlas a las 2 haría lo que fuera, conque les da una buena ración de polla gordita.