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Hace poco esta guarra probó el sexo anal y afirmó “joder, qué pasada esta mierda, deseo más”. Conque lo que ha hecho ahora ha sido ir a por el gordo: a por una polla negra monstruosa de esas que te metes en tus orificios y que te abren tanto que pasas días hasta recobrarte. La zorra desvaría en el instante en el que el negro la empieza a penetrar, abriendo tanto el orificio de su trasero que le duele mientras que se marcha metiendo dentro de ella. Cuando ya tiene el ano bien relajado la polla le entra y le sale de una forma radical y si bien podría soltarle toda la corrida dentro, al final se la dispara a la boca.