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Cuando este muchacho caza a su hermana masturbándose mientras que ve porno la primera cosa que se le ocurre es que le solicita sexo a cambio de su silencio. No es una mala oferta: un polvo a cambio de que no le cuente a sus progenitores que aprovechando que se había quedado sola se ha puesto a hacerse un dedo con vídeos on-line. La hermana es bastante puta y admite inmediatamente, con lo que se abre de piernas y deja que la penetre para, ya de paso, aliviar el ardor que tenía en su coño por lo cachonda que se había puesto con el porno.