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Para esta encinta lesbiana los meses ya antes de tener su primer hijo son el instante ideal para empezar a hacer las mayores guarrerías de su vida. De ahí que le ha dicho a su novia que le haga su primer fisting, pues desea ir probando la apertura de su coño para poder ver si entonces no va a tener inconvenientes en el parto. Y lo cierto es que se le abre completamente con sencillez, metiéndole primero unos dedos y después entrando prácticamente todo el puño al completo. Todavía de esta forma, aún debe adiestrarlo y darlo más de sí a fin de que le pueda entrar entero.