Entregando su cuerpo por una ayuda ¡Prácticamente censura en la escuela!

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La niña es salvaje. No le agrada estudiar. Pese a que es una pequeña buena, no sale de fiestas y tampoco anda de puta en la calle con sus amigas, la joven se aburre teniendo un libro entre las manos. Ella se queda en casa viendo porno y autosatisfaciéndose a sí viendo a tíos desnudos con grades pollones. El maestro, a sabiendas de que tras esa linda carita de pequeña buena había una puta, le ofreció un trato a la joven (joder a cambio de no censurarla). La chica no tuvo otra alternativa. Ahí mismo en el salón de clases se desvistió y se entregó sumisa al cerdo hasta el momento en que este satisficiera sus deseos sexuales con ella.

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